Esto consistía en el estudio de una receta bastante sencilla pero aun así con varios pasos, que los niños tenían que mirar y decir que ingredientes se necesitaban para realizarlo.
Después calculaban cuantos ingredientes por grupo se necesitaba, contando los alumnos que lo componían y viendo a ver cuantos ingredientes se necesita por cada alumno.
Luego, cada grupo tuvo que escribir una lista de la compra con los ingredientes necesarios.
Se organizo una excursión para el día siguiente donde fuimos toda la clase al Alcampo, dividio por grupos, y con una madre o padre o profesor encargado de cada grupo.
Entonces los alumnos tenían que ir buscando los ingredientes (juntos, de forma ordenada) leyendo carteles y viendo donde se sitúa cada producto. Se consultaba el precio, y finalmente se procedió a la caja donde uno de los niños entregaba el dinero.
Finalmente, cuando llegaba otra vez al colegio, se repartían los ingredientes, se calculaba que grupo había gastado menos dinero y se hacia “El pez Tragón” que luego, o bien se llevaban a casa, o bien se comían en clase.
Esta actividad incorporaba un montón de aspectos educativos como las matemáticas, seguridad vial, lectura etc, sin que los niños se dieran cuenta de que estaban aprendiendo nada.
*Amanda Orts*