Teníamos una clase práctica de innovación, en la cuál se
debía exponer de manera innovativa, un trabajo realizado por cada grupo sobre,
las realidades de las escuelas. Así que, todos pensamos que expondríamos, a
todos los compañeros, el trabajo realizado pero, no fue así, resultó una clase
innovadora.
Al comenzar la clase, la profesora nos dio a elegir entre exponer o realizar un debate entre todos. Puesto que las exposiciones que íbamos a realizar, todas y cada una de ellas trataban de lo mismo, y sería repetir una y otra vez lo mismo, ya que el funcionamiento de las escuelas es el mismo en la gran mayoría de ellas.
Lo pensamos y todos estaban de acuerdo en realizar la clase con el debate, excepto un grupo que quería exponer. Así que, la clase comienza con la exposición de este grupo, tratando de crear debate esa fue la condición pero, resultó imposible debido, a que lo único que se hacía era repetir lo expuesto, porque todos estaban de acuerdo con ello, nadie debatía nada, porque no había nada que debatir, todo funciona igual en todos los colegios y sino igual, pues muy parecido.
La profesora interrumpía la exposición porque no creaba el debate que se debía de crear, así que por ello, la maestra propuso que se hicieran varias modificaciones en la organización de la clase, para que de esta manera, se consiguiera interactuar entre todos pero no se terminaba de lograr debido, a que estamos acostumbrados a clases magistrales, en las que nos explican y nosotros escuchamos, y para nada intervenimos, ni participamos e interactuamos en clase, tan solo nos limitamos a escuchar lo que nos dicen.
Se realizaron los cambios en la organización de las mesas y de los alumnos, y con este cambio de alumnos, no todos, pero si la mayoría no se sentían cómodos, ya que se encuentran mejor cerca de la gente con la que se relaciona habitualmente, y al cambiarles de lugar ya no están bien. Esto supone un problema, porque deberíamos de estar abiertos a trabajar con cualquiera de los miembros de nuestra clase, pues hay que adaptarse a la situación y circunstancia que se presentan en la vida, para trabajar lo mejor posible.
Deberíamos de esforzarnos para trabajar de forma colaborativa con cualquiera de nuestros compañeros, pero tan solo, nos limitamos a lamentarnos y quejarnos, en vez de ser positivos y empujar hacia delante. Supongamos que el día de mañana, cuando seamos maestras y maestros, no aceptamos trabajar con el resto de nuestros compañeros para impartir nuestras clases. Esto dejaría mucho que desear por nuestra parte, tenemos que adaptarnos a la situación y colaborar con el resto, tratando siempre de mejorar lo que hacemos, teniendo en cuenta las opiniones de los compañeros, puesto que son tan válidas como las nuestra, siempre tratando de hacer un trabajo en conjunto todos con todos.
Al comenzar la clase, la profesora nos dio a elegir entre exponer o realizar un debate entre todos. Puesto que las exposiciones que íbamos a realizar, todas y cada una de ellas trataban de lo mismo, y sería repetir una y otra vez lo mismo, ya que el funcionamiento de las escuelas es el mismo en la gran mayoría de ellas.
Lo pensamos y todos estaban de acuerdo en realizar la clase con el debate, excepto un grupo que quería exponer. Así que, la clase comienza con la exposición de este grupo, tratando de crear debate esa fue la condición pero, resultó imposible debido, a que lo único que se hacía era repetir lo expuesto, porque todos estaban de acuerdo con ello, nadie debatía nada, porque no había nada que debatir, todo funciona igual en todos los colegios y sino igual, pues muy parecido.
La profesora interrumpía la exposición porque no creaba el debate que se debía de crear, así que por ello, la maestra propuso que se hicieran varias modificaciones en la organización de la clase, para que de esta manera, se consiguiera interactuar entre todos pero no se terminaba de lograr debido, a que estamos acostumbrados a clases magistrales, en las que nos explican y nosotros escuchamos, y para nada intervenimos, ni participamos e interactuamos en clase, tan solo nos limitamos a escuchar lo que nos dicen.
Se realizaron los cambios en la organización de las mesas y de los alumnos, y con este cambio de alumnos, no todos, pero si la mayoría no se sentían cómodos, ya que se encuentran mejor cerca de la gente con la que se relaciona habitualmente, y al cambiarles de lugar ya no están bien. Esto supone un problema, porque deberíamos de estar abiertos a trabajar con cualquiera de los miembros de nuestra clase, pues hay que adaptarse a la situación y circunstancia que se presentan en la vida, para trabajar lo mejor posible.
Deberíamos de esforzarnos para trabajar de forma colaborativa con cualquiera de nuestros compañeros, pero tan solo, nos limitamos a lamentarnos y quejarnos, en vez de ser positivos y empujar hacia delante. Supongamos que el día de mañana, cuando seamos maestras y maestros, no aceptamos trabajar con el resto de nuestros compañeros para impartir nuestras clases. Esto dejaría mucho que desear por nuestra parte, tenemos que adaptarnos a la situación y colaborar con el resto, tratando siempre de mejorar lo que hacemos, teniendo en cuenta las opiniones de los compañeros, puesto que son tan válidas como las nuestra, siempre tratando de hacer un trabajo en conjunto todos con todos.
Esta clase ha servido de ayuda para darnos cuenta de que
para llegar a ser buenos docentes, realizar nuestro trabajo de manera optimista,
siempre pensando de forma positiva, esto es lo más importante, nunca hay que
decir, no puedo, o, no se, esto no es bueno para progresar y llegar a los objetivos
planteados. Son importantes todos los puntos de vista, no tan solo los nuestros
y los que opinan como nosotros, también pueden ayudar los puntos de vista
contrarios a los nuestros. Debemos escuchar todos los puntos de vista, respetando
las opiniones de los demás, siempre se puede sacar algo positivo.
La clase continuaba sin avanzar, puesto que no había
interacción, y la maestra fue proponiendo temas para debatir, pero seguía sin
funcionar, nos encontrábamos retraídos, no se arrancaba la participación. Se
concluyó la recta final de la clase expresando cada uno su concepto de
“atención a la diversidad”. Y seguía pasando más de lo mismo, casi todas las
respuestas eran la misma: igualdad para todos, inclusión en el aula, atender
sin excluir…, realmente es así, pero no había respuestas desde el corazón, lo
que cada uno haría personalmente para atender la diversidad en el aula. Lo
primero que hay que tener en cuenta, es conocer muy bien las características de
cada niño, crear un buen ambiente en el aula agradable, basando el aprendizaje
en el juego interactivo y participativo de todos para que vayan adquiriendo
confianza en sí mismos. Hay que transmitir el respeto por todo y por todos, que
todos son iguales y con los mismos derechos, aunque tengan una situación de
desventaja. Atender la diversidad en un centro o aula es intentar dar respuesta
a las necesidades de los alumnos. Teniendo en cuenta que además de las actuaciones
programadas que hay que llevar a cabo en el centro y el aula, también en lo que
influye en estos niños el entorno en el que se mueve, familia, etc.…, la
atención a la diversidad está a la orden del día en los centros actuales, y
nosotros como futuras maestras y maestros, debemos estar preparados para
enfrentarnos a un aula con estas características, donde todos los alumnos son
iguales, y todos son diferentes, hay que pensar y reflexionar en esto, cada persona tiene características
que nos hacen únicos e irrepetibles y eso es una virtud muy especial e
importante que hemos de saber transmitir a nuestros futuros alumnos ya que en la escuela la diversidad es algo
positivo, es fundamental para enriquecernos de los demás y construir nuevos
proyectos e ideas.
En las aulas hay niños muy distintos, niños que tienen necesidades
educativas especiales, alumnos en situación de riesgo social, alumnos con altas
capacidades, alumnos inmigrantes, de otras culturas y lenguas, hay algunos que
están motivados, otros que no están interesados, etc..., cada uno de ellos es
distinto al de al lado, para estos alumnos exigen la creación de distintos
agrupamientos dentro del aula y la concentración de todos los apoyos y recursos
posibles. El maestro ha de ser capaz de poder atender las necesidades de cada
uno de ellos y poder ofrecerles lo que necesitan en cada momento. Ésta no es
una tarea fácil pero es necesaria e importantísima.
Podemos concluir con que la pretensión de la profesora en
clase era sacar de nosotros, todas las opciones que hay y son posibles para
atender la diversidad en las aulas, que siempre es posible, cuando existan
maestras y maestros motivados y recursos para apoyarlos.
"Las cinco maestras"
